Supongo que el amor nos desquicia a todos.
Incluso el mejor de tus amigos, al que tú crees que más conoces,
el que piensas que se ha vuelto predecible para ti
y que hay cosas que haría y otras que impensablemente no,
incluso ese,
te aseguro que se desquicia por amor.
Todos nos desquiciamos cuando nos enamoramos supongo.
Algunos más que otros:
algunos terriblemente involucran al resto;
otros, prefieren el silencio y el aislamiento,
prefieren sufrir en la intimidad y llorar desconsoladamente.
Otros gritan a los cuatro vientos su amargura y desamor,
que odian, que no necesitan del amor.
Pero aún eso, es un amor desquiciado.
Es vorágine y extremista:
no hay solución a nada en un momento,
y de repente el impulso por querer arreglarlo todo,
porque el miedo te corroe repentinamente
y te imaginas triste y solo;
o tal vez piensas en que nada es tan grave,
y que tú eres un halaraco de mierda...
Hay tantas formas de desquiciarse, si es por amor.
Supongo que nos gusta el dolorcillo del desquicio,
después de todo, es lo que le da vitalidad a los días
y a la rutina misma en la que nos sumergimos.
Dentro de este mundo,
una de las pocas cosas valiosas
que van quedando
es el amor; el amor puro y sensato,
el amor loco, loco loco amor,
ese mismo
el amor que nos desquicia a todos.
Soy una desquiciada en este momento
y a ratos lloro en silencio, por dentro y por fuera,
y a pesar que siento dolor
-y un poco de arrepentimiento-
seguiré pensando que el desquicio
es la mejor sensación de todas.
Salute.